Mensaje por nuestro Pastor Guido Encalada

Dios le bendiga. En medio de esta situación que tiene al mundo entero en consternación la iglesia de Jesucristo puede anclar aun mas profundamente su fe en la palabra y fidelidad de Dios. Le insto a que en estos tiempos de conmoción en los que el mundo se inclina a la histeria, hallemos la paz que sobrepasa todo entendimiento en el Príncipe de Paz. Para mantener la secuencia de nuestros estudios bíblicos de “La vida Espiritual” quiero compartir una corta reflexión acerca de “El Gran Mandamiento Mr. 12.28 Uno de los maestros de la ley se acercó y los oyó discutiendo. Al ver lo bien que Jesús les había contestado, le preguntó: —De todos los mandamientos, ¿cuál es el más importante? 29 —El más importante es: “Oye, Israel. El Señor nuestro Dios es el único Señor—contestó Jesús—. 30 Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.” (NVI) En el antiguo testamento se había dado este mandamiento, es decir no era nuevo cuando Jesús lo cito. Desde siempre Dios anhelo comunión intima con el hombre creado a su imagen y semejanza y después de la caída de Adán y Eva este anhelo de Dios es aun mas imperante ya que ahora la única manera de una vida de victoria es un rendimiento total al señorío divino. Este rendimiento no puede ser total ni real a menos que sea basado en amor, y para esto tenemos que apreciar la magnitud del maravilloso y gran amor que Dios tienen por nosotros solo así podremos darnos en totalidad de fe y confianza a El. El mandamiento requiere una decisión intencional y firme en la que no hay lugar para vacilaciones, todo nuestro ser: corazón, alma, mente, y aun nuestras fuerzas físicas son entregadas voluntariamente por amor y en respuesta al amor recibido. Cuando esto sucede el poder del pecado pierde su fuerza y así podemos vivir el plan que Dios tiene para nosotros, el temor, la duda, las tentaciones y las obras de la carne no hallan cabida en nuestro ser y somos llevados de gloria en gloria. Dios, aunque anhela nuestro amor, no necesita que le amemos, nosotros necesitamos amarle y por amor vivir una vida de obediencia y de total entrega a El. Jn. 14.21 ¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él. (NVI)

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